EL TRABAJO EN EQUIPO
El Valor agregado del proyecto Lectococos fue el trabajo en
equipo de las docentes directoras de grupo, no fue, como en muchas ocasiones entendí,
comprendi, o mí cerebro quiso analizar y dar a entender lógicamente, que la
importancia del proyecto radicaba en la comprensión de lectura y el
razonamiento matemático. De por sí, estos procesos y habilidades se van desarrollando
solos en el campo de acción disciplinar de las diversas áreas trabajadas en el
aula de clase. La diferencia la hacia el trabajo en equipo, el hablar un mismo
idioma en dos cursos diferentes, él comprender las necesidades particulares y
generales de un grupo y poderlas dialogar con la seguridad de que la otra
persona tenía una respuesta especifica, lógica y racional sobre las inquietudes
o sugerencias generadas de tal manera que se llegaba a acuerdos y negociaciones
que beneficiaban no solo a dos personas (las docentes) sino al grupo en
general. Era un trabajo en equipo liderado por sus directoras de grupo, pero
acompañado siempre por un grupo de niños y niñas que lo alimento y lo
retroalimento durante 4 años, y gracias a los cuales, las estrategias se
transformaron como la energía, se retroalimentaron, se disiparon y llegaron
nuevas, o se impusieron como necesidad básica en la formación.
El valor real no era la comprensión lectora y el
razonamiento matemático, acompañado de la autonomía intelectual y la sana
convivencia en el aula. Formo parte invaluable. Este tema nos llevo lejos, muy
lejos. Pero lo que nos permitió volar fue, realmente un equipo de trabajo
unido, inigualable.
Jajaja, me parece gracioso, que durante muchos años critique
el trabajo en equipo, lo asumia siempre como un trabajo en grupo donde siempre
una persona hace todo y las demás lo miran sin tomar mayor participación del
proceso y finalmente del producto. Pero ojo, en el producto debían aparecer sus
nombres pues eran parte del “equipo”.
Gracias a Lectococos, aprendi, que se llama un equipo a un “cuerpo”
de trabajo, donde todos apoyan, aportan datos, experiencias, situaciones y/o
las habilidades pragmáticas, empiricas o racionales que posean. Pero, hay algo
que va más alla de lo que el cerebro puede entender o lo que la razón puede
explicar, y se deriva de un congeniar con ese “cuerpo”. Es muy difícil explicarlo…
se pierde la concentración, y no encuentro las palabras adecuadas para explicar
algo que se escapa de la razón.
Quisa un simil pueda ayudarme: en una familia compuesta por
papá, mamá e hijos, quienes llevan la batuta y lideran son el papá y la mamá, y
así, nunca se hallan sentado a discutir por el horizonte hacia donde quieren
llevar a sus hijos, hay un objetivo general y central que los hace tomar
desiciones (a veces sin tener que decir una sola palabra) que siempre va a
llevar a una misma conclusión (sea errónea o no), ellos quieren “lo mejor para
sus hijos”, “quieren que sus hijos tengan lo que ha ellos les falto”. No es
necesario que se sienten a discutirlo (aunque seria bastante responsable
hacerlo) pero los dos tienen las mismas metas y por ende la misma finalidad. En
algún instante, antes de conformar la familia, ellos se unieron por ideales o
razones particulares lejanas de la simple pero a la vez compleja química
corporal, y allí se gesta la idiosincrasia de una razón que no seria razón, al
tratar de explicarla. Simplemente todo esta entre líneas.
El trabajo en equipo que se desarrollo, arrojo informes de
inicio, de avances y de conclusiones que surgen como una necesidad de mostrar
el trabajo que se realiza en el aula. Pero más alla del desarrollo particular
de unas habilidades, existió siempre la comprensión y la ideología de dar lo
mejor de nosotras para estos niños y niñas que llegaban siempre a grado quinto,
de cultivar en ellos sueños y esperanzas con el deseo que recoger en algún momento
productos integros y de calidad, de generar una autonomía, una disciplina
desbordada en la curiosidad y el deseo de querer conocer mucho más, de
reconocer unas diferencias y trabajar sobre ellas, pero sobre todo de
comprender nuestras debilidades y falencias, donde la otra persona
complementaria nuestro trabajo y enriquecería la formación impartida en el
aula.
Creo que eso es un trabajo en equipo, y hoy después de un análisis
reflexivo y subjetivo del valor del Proyecto que con tanto orgullo hemos
llevado durante 4 años, transformándolo y retroalimentándolo para hacerlo más
valioso; Esto es un trabajo en equipo, es un cuerpo de trabajo que se
complementa particular y generalmente, enfocados hacia la obtención de un
objetivo real, ya sea tangible o intangible, con la finalidad de la obtención
de un producto concreto o tal vez abstracto, unos resultados y conclusiones
para su futura retroalimentación. Un trabajo en equipo, va más alla de la
razón, e ingresa en un campo subjetivo, donde versa el apoyo intelectual pero
la comunicación verbal y no verbal, juegan un papel muy importante y donde la
comprensión del otro y el querer formar parte del cuerpo de trabajo aportando
mucho de mí, imprime una explosión de la sensación de estar dando lo mejor de ti
mismo.
Hoy entendí, que el cerebro puede estar equivocado y que
como voy a confiar ciegamente en algo que puede tardar 3 días para poder volver
a ver todo normal.
Te invito a leer mí reflexión y verlo desde el fondo, no
veas la forma, no soy diestra para las reglas gramaticales y la redacción, pero
hay algo más allá de la razón que solo lo puede entender el corazón.
Profe me alegra mucho que este tipo de proyecto esté generando un interés por parte de los niños hacia el conocimiento, no solo de un dato o una información que en un futuro quedara en el olvido si no de un conocimiento que los hará auto gestionarse y generar ideas .
ResponderEliminarClaro que el trabajo en equipo es muy importante ya que en la opinión,idea o conclusión de cada niño se generara una pregunta y posteriormente una respuesta o mejorara algunas, así como lo dice uno de los grandes de la educación Paulo Freiré. Por ultimo profe me alegra que estés cumpliendo el verdadero papel del profesor ayudando a formar personas para mejorar al mundo en el futuro, un beso profe